El río Sil es un río de 234 kilómetros de longitud, que discurre por las provincias de León, Ourense y Lugo. Es uno de los ríos más caudalosos de España.
El río Miño, el río más importante de Galicia, es el noveno río de España en longitud, pero sin embargo es el cuarto en caudal. Esto se lo debe principalmente al río Sil, su mayor afluente.
De hecho, en el lugar donde ambos se unen (Os Peares), el río Sil lleva un un 80% más de caudal que el río Miño, pero debido a que el Miño tiene una mayor longitud se considera al Sil un afluente del Miño y no al revés. De aquí el origen del dicho “El Miño lleva la fama pero el Sil el agua”.
A 10 kilómetros de la unión de ambos ríos en Os Peares, está situado el embalse de Santo Estevo. Este embalse, construido en los años 50, fue en su momento uno de los mayores embalses de Europa. Tiene una altura de 120 metros, y su agua embalsada se extiende durante 43 kilómetros.
La construcción del embalse de Santo Estevo se llevó a cabo en la zona más encañonada del río Sil, lo cual modificó en gran medida el aspecto del paisaje del Cañón del Sil. A pesar de su gran profundidad (el río llega a alcanzar 97 metros de profundidad), desde el nivel del agua todavía hay casi 500 metros de desnivel con respecto a las zonas más altas de las laderas del cañón.
Los desniveles son tan pronunciados, que los visitantes los suelen llamar los “fiordos gallegos”, haciendo una comparación con los famosos fiordos noruegos. El Cañón del Sil es la zona más famosa de la Ribeira Sacra.
El paisaje del Cañón del Sil es impresionante, tanto desde abajo como desde arriba. Puede visitarse desde el río haciendo una ruta en catamarán, o bien una ruta en kayak para los más aventureros.
Para verlo desde arriba, existen múltiples miradores a ambas orillas del río Sil, siendo los más importantes en la orilla norte (provincia de Lugo) los miradores de Cividade, Boqueiriño y Cadeiras; y en la orilla sur (provincia de Ourense) los miradores de Cabezoás, Balcones de Madrid y Vilouxe.
Una vez los acantilados pierden parte de su inclinación, el paisaje del Cañón del Sil cambia drásticamente: pasamos de ver acantilados a ver viñedos, que para salvar el desnivel se cultivan en bancales. De estos viñedos sale el famoso vino de la D.O. Ribeira Sacra.
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